sábado, 17 de noviembre de 2007

Editorial

JUAN LÓPEZ Y JOHN WARD

Les tocó en suerte una época extraña.

El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.

López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.

El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte.

Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.

Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.

El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.


Jorge Luis Borges



Para nosotros, es necesario que de parte del gobierno y de la sociedad toda, se elabore un análisis, se confronte y apartir de ahí se resignifique la Guerra de Malvinas. Estamos en contra de resolver cualquier tipo de conflicto con el levantamiento de armas. Consideramos al nacionalismo como un invento, una herramienta del estado para someter y utilizar a la masa.

El conflicto de Malvinas fue ignorado por mucho tiempo, a los ex combatientes se los marginó, se los borró del imaginario social. Ellos volvieron de la guerra en trenes tapados con toldos y en cierta manera, si no ponemos fin a esta hipocresía, siguen ahí.

Es difícil imaginar una unión nacional por la conquista de un territorio no continental si no somos capaces de asimilar el propio. El hambre es tangible, el dolor es tangible, la pobreza es tangible y todo eso se encuentra dentro de nuestras propias demarcaciones territoriales.

La idea de conquistar Malvinas, que con tanto fervor se hizo física en 1982, no puede servir de pantalla para tapar todo lo demás. No se puede tapar el sol con la mano...

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